"La Constitución no otorga ningún privilegio a la Iglesia católica"
Esta realidad de los treinta años de la España democrática va a cambiar una vez que el PSOE ha decidido abrir el camino hacia la supresión de esos símbolos.
Así lo aprobará hoy el 37º congreso del Partido Socialista a través de una enmienda que propone la dirección socialista y que trata de englobar las que han presentado diferentes federaciones y la corriente Izquierda Socialista. Eso sí, se excluye la petición de esta última de "revisar los acuerdos Iglesia-Estado", aunque se introduce al final del documento un severo aviso a la Iglesia católica que "debe ser consciente", dice el texto, de que la Constitución no le otorga "ningún privilegio". El documento consolida la intención de que no exista discriminación en las relaciones entre las diferentes confesiones.
La intención es, según dijo el presidente José Luis Rodríguez Zapatero durante el congreso, "no dar un paso atrás" en su proyecto de consolidar y extender libertades y derechos. EL PSOE reafirma que "la concepción laica del Estado es una seña de identidad del ideario político del socialismo".
A modo de "reto pendiente", el PSOE coloca lo siguiente: "La desaparición de la confesionalidad que pervive en espacios y prácticas de las instituciones públicas, como es el caso de los funerales de Estado o de símbolos religiosos en los espacios públicos". También se piensa en la presencia de los capellanes castrenses en los ejércitos.
Al tratarse de un documento de partido, sin obligación ni necesidad de marcar plazos, se añaden algunas cautelas para limar en lo posible percepciones de radicalismo. "Los cambios se harán de acuerdo al sentir general de la ciudadanía, pues no es propósito de los socialistas actuar por imperativo legal, sino dirigir y acompañar esta evolución de la sociedad española".
Otros tres "retos pendientes", figuran en el texto de los socialistas. "La consolidación de unas relaciones de cooperación apropiadas, caracterizadas por la igualdad y no discriminación con las diferentes confesiones religiosas".
Los asuntos pendientes para conseguir la consolidación de la laicidad del Estado son necesariamente a medio o largo plazo porque apela a la necesidad de educar a las generaciones jóvenes en una ética pública basada en los valores constitucionales y la declaración universal de los derechos humanos.